Magnanimidad: no guarda rencor a quienes estan en desacuerdo con él.
Sentido del humor: se ríe de sí mismo y cuenta historias para que la gente se sienta más cómoda.
Generosidad de espíritu: admite en público sus errores y asume la responsabilidad de los mismos.
Perspectiva: pone las cosas en contexto, fijándose siempre en el todo en lugar de en las partes.
Equilibrio: es capaz de relajarse y disfrutar con sus amigos incluso en situaciones de estrés.
Autocontrol: controla las emociones que muestra en público, para ello, suele escribirse cartas a sí mismo, que luego rompe.
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