La Capacitación, una asignatura pendiente en muchas empresas en México
En México, muchas empresas carecen de una cultura laboral orientada a visualizar la trascendencia de la capacitación, ya que sólo se rige bajo la legislación laboral como una obligación más, y no la perciben como un beneficio en sus organizaciones; lo cual no garantiza que los planes y programas implantados estén acordes a las necesidades de los trabajadores. La capacitación debe motivar al personal para trabajar eficientemente, ya que los que entienden y valoran su puesto demuestran un mejor espíritu de cooperación y el simple hecho de que confían en sus capacidades les da seguridad en su trabajo
El proceso de la capacitación debe partir de una necesidad, una carencia o de una mejora, lo importante es que se tenga una razón que le de vida, para ello, se necesitan crear situaciones con el propósito de impartir el conocimiento a los trabajadores, desarrollar sus destrezas y aptitudes de manera continua, de tal forma que sean lo más eficiente y eficaz posible.
La capacitación es un proceso de aprendizaje, ya que produce cambios permanentes en los trabajadores, de modo que permite mejorar su capacidad para desempeñar su trabajo; esto implica modificar y ampliar la forma de trabajar y la actitud ante sus compañeros y la organización. Por ello, los directivos deberían recibir estímulos de capacitación para desarrollar sus habilidades y la visión de negocios, con la intención de que su conducta influya en el personal y propicie el cambio en las personas de menor jerarquía. Por otro lado, también se puede pensar que la capacitación sólo genera resultados cualitativos; sin embargo, las acciones de una empresa pueden ser cuantificables y medibles siempre y cuando existan indicadores y medidores establecidos antes y después de su proceso.
La formación de los trabajadores debe estar centrada y alineada con la estrategia empresarial, la cual asegura que los niveles de competencia de los trabajadores se equiparen con las de sus pares, y a su vez puede ser un poderoso estimulo individual y un catalizador para el trabajador; así mismo busca ser el intermediario para establecer una relación estrecha entre el individuo y los valores de la organización.
Las empresas necesitan mejorar sus procesos de modernización, adaptación y mejora en la tecnología, así como la satisfacción del cliente, todo ello con el fin de poder diferenciarse de sus competidores; razón por la cual, la capacitación pretende buscar la eficiencia del personal y el incremento de su propia rentabilidad.
Las organizaciones tienen en el factor humano su recurso más valioso, , se vuelve la clave del éxito de las empresas en este siglo XXI, lo cual resulta obvio que la mejor manera para acrecentar estos factores es a través del proceso de la capacitación, siempre y cuando sea planeada e implementada con base a sus necesidades y competencias estratégicas.
Ejemplos de indicadores medibles serían: rapidez de captura de información, reducción en el nivel de desperdicio o de errores en el trabajo, satisfacción del cliente por mejora en el servicio, reducción de actos inseguros que provocan accidentes, entrega de reportes a tiempo, entre otros.
Una de las mejores formas de convertir la capacitación en una inversión es ligarla a la evaluación del desempeño del trabajador, haciendo de ésta última una herramienta de valor tanto para la empresa como para el trabajador.
MGRH. Janin Ricalde Gamboa.
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